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Qué vagancia

martes, julio 11, 2023

Un día muy triste

Si buenas...
Bueno, hace mucho no actualizo esto. En parte es porque el crecer trae consigo todo un cambio de cosas, en las cuales lo rutinario se vuelve tan habitual que no hay aventura en lo cíclico; por otro lado, le cogí cierto fastidio al compartir cosas personales por internet, porque hay mucha gente haciendo todo tipo de mañas para sacar información. Aun así, hace como un mes me vi con Dulcinea en la chiva folk, que fue una grata sorpresa, y ella me comentó que ocasionalmente entraba aquí a chismear qué era de mi vida, pero que no había encontrado nada. Entonces pues Dulci, si ves esto, un saludito.

Y bueno, para ir al grano del post: hoy es mi cumpleaños número 31. Desde hace unos 10 años que cuando llega esta fecha no lo celebro, porque también tomé un actitud muy grinch, en parte por una crítica honesta (no hay nada que celebrar hasta que no haya hecho nada verdaderamente significativo con mi vida), en parte por influencia del gnosticismo (nacer en este mundo para poner sentido a los entes y crear cultura en las superestructuras, a partir de la influencia volitiva del Yo que se encuentra confundido con el Sujeto Conciente, es una tragedia), pero digamos que simplemente apagaba la señal del móvil y me concentraba en mis cosas, ora por orgullo, ora por parquedad.

Pero nunca llegué a pensar que de verdad llegaría a pasarlo de una manera tan miserable en mi cumpleaños. Me tocó darle la eutanasia a mi gata Arwen, a quien había adoptado hace unos 16 años, cuando la adopté con Félix y con Sarita, de lo cual hay un post por ahí en los archivos del blog. 

Y es una putísima mierda porque hace una semana no veía esto venir. La gata estaba practicamente igual de vital que siempre, pero el martes y miércoles de la semana pasada la vi vomitar un par de veces, cosa a la que no le presté la mayor importancia, pensando que era una incidencia insignificante; pero a eso del jueves y viernes ya la vi como inapetente, al punto de que al abrirle una latica de paté de las que tanto le gustaban ni se inmutó, y ya fue preocupante. El sábado fui al Homecenter a hacer unas cosas, y antes de ir logré darle de comer una cucharadita de yogur de fresa, que también le gusta, y algo como medio sobrecito de Churu de salmón, pero la gata ya estaba un poco mal, y no logré cuadrar con al veterinaria para ese día porque ya tenía la disponibilidad ocupada, por lo que la agendamos para ayer lunes.

El domingo vi a la gata muy mal y estuve demasiado frustrado buscando una veterinaria que la atendiera, porque nadie contestaba y en la veterinaria que sí, donde falleció Sarita, dijeron que solo podían atender de urgencia los domingos a mascotas que tuvieran el historial clínico (?). Total que por fortuna Mancho me pasó el número de una veterinaria que sí atendió, y el señor me sugirió otra que queda como a 2 cuadras de mi casa, más cerca, por lo que fui a llevar a la gata allí.

Y bueno, pues es una putísima mierda, porque mi princesita llegó allá ya en mal estado, muy débil y casi sin poderse sostener de pie, pero le dieron la admisión y le hicieron los examenes, por lo que salí a dar una vuelta y volví al par de horas para visitarla. Estaba por fortuna instalada en un cuartico aislado, aunque en una jaula que seguro la puso deprimida, pero tenía manticas, arenita y calorsito. Allí me informaron que los examenes de sangre estaban preocupantes, porque los niveles de muchas cosas estaban altísimos (por ej, el normal de glóbulos blancos era de 19k y estaba como por 73k), pero que había que descartar con un ecógrafo la falla renal irreversible.

Total, entre lo del camello y eso no pude pasar en el día, pero pasé por la tarde-nochecita de ayer para darle una visita y ver qué nuevas me daban, y la vi más débil aún. Del intento de forzarle comida para intentar revigorizarla estaba con manchitas en el pelo alrededor de la boca y con grumos, por lo que debía sentirse muy incómoda. Me dijeron que no habían conseguido al ecografista para ese día, y bueno, luego de visitarla me convencí que si el diagnóstico no daba un pronóstico favorable para intentar tratamiento lo mejor era dar la inyección, y me fui a hacer un poco de ejercicio para lidiar con mis frustraciones. Luego llegué a la casa a trabajar un rato, porque me faltaba completar las horas del día, pero sin ser muy eficiente, y avisé de una vez en la empresa que hoy no iba a trabajar por el tema de mi cumpleaños ("si no celebro mis cumpleaños, mucho menos me veo trabajándolos").

Y hoy pues me levanté antesitos de las 7 para poder ir a visitarla en el horario de la mañana de la clínica, para encontrarme con que ya estaba el ecógrafo allí haciendo su labor, o al menos iniciando: le rasuraron la barriguita para poder usar el lector sin interferencias, y muy para mi desgracia el diagnóstico estaba confirmado de que el tratamiento no daría resultados de mejoría, sino solo de un prolongamiento estable de la condición actual en el mejor de los casos.

Total, me quedé acompañándola un ratico más ahí en su jaulita, y allí vi que tenía grumitos de pelo pero hacia la parte de las paticas: la veterinaria me confirmó que la gata había ido al baño en algún momento de la noche y que se había quedado allí dentro, no sé si porque no quiso salir o porque no pudo, pero pues ya fue demasiado pensar en el malestar de mi mascota y en su frustración. Y de la vez que se le hizo la eutanasia a Sarita me quedó el remordimiento de no haber estado con ella en sus últimos momentos, y de haberla dejado en manos de desconocidos para la hora funesta, por lo que ya había tomado la decisión de no volver a cometer este error con mis otras mascotas (aunque ahora queda el remordimiento de los otros errores que ya no se pueden corregir...)

Así que autoricé la preparación de la inyección, y de paso me puse a consultar los servicios de cremación, que la veterinaria tenía varios convenios. Había varios, y al final me decidí por uno, pero ya salí fue por dinero para dejar pagos los servicios de la funeraria y de la veterinaria de una vez, para no tener que lidiar luego con eso. La fila del banco estuvo una mierda, y había tomado la decisión de hacer un último plan de arrunchis con la gata en el pasto, con el solecito, como a ella le gustaba tanto arruncharse, pero cuando me estaba devolviendo ya no vi que hubiera sol y antes estaba soplando viento de lluvia, por lo que me quedé haciendo compañía a la gata un rato en el cuarto. 

Ya luego de un tiempito una de las veterinarias me informó que había salido el solecito y que era posible, después de todo, hacer el plan de arrunchis. Ahí estuvimos un ratico echados, yo consintiendo a mi niña preciosa, y ella muy débil y moribunda, a veces intentando alejarse para echarse ahí en el pastico, y otras buscando recostarse en mi brazo. Del tiempo que estuvimos en el jardín fue medio intermitente el clima, por lo que a veces hacía harto sol (y terminé re quemado por no ponerme bloqueador), y a veces como con llovizna y el frío gris de estas tierras malditas.

Y eventualmente llegó el momento en que ya solicité que le dieran la sedación, antes de que comenzara a ponerse feo el clima, y estuve abrazadito con ella unos 10 minutos antes de que le dieran la inyección fatal, pero por fortuna no sufrió y se fue tranquilita. Lo malo para mi fue que luego el clima mejoró considerablemente, pero pues ya era tarde y al final me quedé ahí en el piso del jardín abrazando el cadaver y llorando, y quemándome con el puto sol de mierda que no tuvo la culpa.

Así que por eso hoy ha sido un día muy triste. Nunca me imaginé que pasaría un cumpleaños así, pero tampoco veía esto venir la semana pasada; los gatos ya están viejitos, por lo que sí me había hecho la idea de tener que despedirme de ellos eventualmente, pero le daba un año o dos por ahí. También pensé que Félix se iría antes, por ser el mayor y el que estaba en un estado más delicado de salud, pero no fue el caso... al menos tengo un poco de comfort en el trato cálido que me dieron las veterinarias, porque una me abrazó en un genuino gesto de solidaridad y simpatía, y otra me dio palabras reconfortantes de que probablemente la enfermedad viniera desarrollándose hace tiempo, y que se veía la buena vida que le había dado a la gata.

Así que ahora estoy aquí solo y abandonado de nuevo (aunque con el otro gato), en parte por mis terquedades, pero si normalemnte no quiero escuchar una felicitación de natalicio en mi aniversario de nacimiento, hoy mucho menos quiero que me digan "feliz cumpleaños", y decidí escribir esto para al menos intentar recordar a quien fuera mi compañera y guardiana durante todos estos años, y a quien en más de una ocasión maltraté por mi temperamento neurótico, siendo que ella solo me dio amor... y que en muchas ocasiones quise a medias, porque pensé que habría más tiempo para poderle dar afecto luego de trabajar o de otras de las estupideces en que ocupaba mi tiempo.

¡Adiós Arwen preciosa! ¡Gracias por todo! Ya no habrá el cálido recibimiento de tu saludo cuanod llegue a la casa, ni tu vitalidad y entusiasmo cuando te daba bocaditos de cosas ricas, ni tu figura esplendorosa tomando el sol en la terraza, en la cima de tu gimnasio gigante... ya no habrá mas montones de pelos por todos lados, que constantes veces me molestaban pero siempre lucían en mi ropa como vestigio de tu afecto. Ya no habrá más ronroneos y arrunchis calurosos en las noches frías, ni regaños porque te peleaste con el gato, ni juegos de palabras y apodos bonitos... le brindaste un calor inmenso a mi existencia y el vacío que me deja tu ausencia es peor que el que cuando te perdiste, porque allí al menos había la esperanza de volver a abrazarte...

Y es mucho lo que quiero decir, porque me invaden los sentimientos y los recuerdos, pero tal vez sea mejor dejar hasta aquí, porque esto va a quedar como otras tantas cosas de mi patética vida: solo palabras...

Eso es todo por el momento...
Vemos,
Suerte

Pems